10 argumentos de peso para que los parlamentarios chilenos voten NO al proyecto de ley de identidad
Ante la inminente votación del Congreso al proyecto de ley “que reconoce y da protección al derecho a la identidad de género” (Boletín 8.924-07) para su próxima votación por ambas cámaras, en nuestra condición de padres y ciudadanos, muchos de nosotros con formación en distintas disciplinas, venimos a expresar nuestra imperiosa necesidad de que los señores legisladores nos escuchen, verdaderamente y de manera definitiva. Esto es lo que tenemos que decirles: a. Gracias a los descubrimientos de la Genética sabemos que el sexo está establecido incluso a nivel cromosómico en cada ser humano y se encuentra ligado a numerosas áreas del funcionamiento cerebral, fisiológico y emocional, constituyendo un elemento esencial en la identidad de las personas. En consecuencia, pretender definir la identidad de “género” tan sólo como una vivencia interna y subjetiva, desvinculada por completo de la estructura biológica, revela como mínimo un nivel de ignorancia muy preocupante, si tan sólo fuese una declaración de buena fe y sin segundas intenciones ideológicas.
b. Los así llamados “derechos” a la “identidad” y a la “expresión” de género, que propone el proyecto, no se fundan en ninguna disciplina científica especializada en el estudio del desarrollo humano; por el contrario, la Pediatría, Endocrinología, Psiquiatría, Psicología, entre otras especialidades, han desmentido esa pretendida definición con estudios académicamente calificados (Lawrence Mayer - Paul McHugh [1]; M. Cretella [2]).
c. Si lo que se busca es ayudar al pequeño porcentaje de la población que sí padece clínicamente trastornos de transexualidad (0,05%, según estadísticas clínicas serias), la solución no consiste en inyectar bloqueadores de la pubertad ni intervenir miembros sanos del cuerpo, sobre todo en menores que se encuentran en pleno desarrollo. Sabido es el riesgo al que se expone a los organismos con terapias hormonales (pueden contribuir a la diabetes, infartos y algunos tipos de cáncer).
d. Estudios serios de las últimas décadas demuestran que el desarrollo neuronal humano no concluye sino hasta los 23 a 25 años de edad, etapa en que la corteza prefrontal acaba en desarrollarse, precisamente aquella que afecta el juicio, la toma de decisiones y la forma en que los jóvenes se ven a sí mismos.
e. Lo anterior, junto al fenómeno cultural contemporáneo de “adolescencia tardía” refuerza la necesidad, como verdadera política pública en materia de salud, de resguardar un sano desarrollo natural de la sexualidad, biológicamente constituida, y estimular el acompañamiento clínico en casos de disforia de género, a estos “adolescentes tardíos”, en vez de abrirles la peligrosa puerta legal a la intervención de lo esencial en su ser: su identidad integral como personas (aunque no recurran a cirugías).
f. Todo legislador debiese ponderar la gran transcendencia ética que conlleva la votación de este proyecto de ley, ya que, del fruto de sus determinaciones -que se supone representan a la mayoría de su electorado- se afectará el futuro desarrollo psicoemocional y social de miles de jóvenes y adultos jóvenes que, muy posiblemente, sufrirán indeseadas consecuencias que los llevarán a problemas psicológicos y psiquiátricos, e incluso los exponen a una alta probabilidad de suicidio [3], no debido al rechazo social de sus nuevas identidades, sino al nulo acompañamiento adulto especializado de los que se les privará, ya que el proyecto de ley plantea el principio de “no patologización” de esta disforia, principio que se encuentra científicamente desmentido por el Colegio Americano de Pediatras. Según el Manual de Diagnósticos y Estadísticas de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM –V), la disforia de género sí constituye un trastorno de la identidad sexual4 y se ha logrado determinar estadísticamente una tasa de reversibilidad natural de la misma en por lo menos un 80% de los casos. g. Los legisladores que, a pesar de todas las evidencias presentadas en las distintas instancias de discusión de este proyecto, insistan en aprobarlo, debiesen considerar que este proyecto tiene un fundamento abiertamente ideológico, pretendidamente avalado por los estudios del entomólogo Alfred Kinsey, de quien se tiene público conocimiento que abusó a bebés menores de dos años de edad para sus experimentos de estimulación sexual [5].
h. La Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados ya ha tomado conocimiento de la tesis propuesta por el abogado Ian Henríquez, quien demostró la débil técnica legislativa aplicada en el proyecto, ya que en vez de “proteger” un derecho a identidad se llega al extremo de promoverlo.
i. Nuestra Agrupación entregó al Ministerio de Educación, en audiencia con el Ministro el 25 de julio de 2018, un extenso estudio del contenido del currículo escolar del MINEDUC denominado “Informe de Revisión de la Estrategia de Afectividad, Sexualidad y Género (ESAG). Padres y Profesionales Cristianos contra la Ideología de Género”, trabajo efectuado por veinte revisores de nuestro equipo, que evidencia la clara intencionalidad política de incorporar transversalmente la así llamada “perspectiva” o “enfoque” de género en manuales y contenidos de distintas asignaturas; a nuestro entender, esto tiene un claro propósito ideológico y no podemos sino denunciarlo y exigir al MINEDUC su inmediato retiro, junto a los instructivos y circulares que fueron impartidos por el pasado Gobierno y aún permanecen en poder de los establecimientos educacionales, bajo la venia del Ministerio. No queremos que el Poder Legislativo incurra en el mismo error, de ceder a intereses políticos, ideológicos y además comerciales, largamente sostenidos por multinacionales que, además de llevar a delante la rentable industria del aborto, han venido instalando a nivel internacional la empresa del transgenerismo, con la industria de terapias hormonales y cirugías de cambio de sexo, que sólo acarrearán confusión y conflictos personales, familiares y sociales.
j. Nuestra actual generación infanto-juvenil está actualmente sometida a una fuerte presión social por conocer y experimentar a temprana edad en materia de sexualidad, materia que está prioritariamente reservada al ámbito de los padres y de la familia, no a los jardines infantiles ni las escuelas. Nos preocupa, en este mismo sentido, la instalación de la política de Sala Cuna Universal, precisamente por cuanto acabará acentuando la pérdida de contacto entre padres e hijos, y fortaleciendo aún más la apropiación de la formación de los “ciudadanos” desde la cuna, en brazos del Estado. Sres. Parlamentarios, contribuyan con su voto a políticas públicas saludables, de fomento de la familia, de la paternidad responsable, no a proyectos fundados en la nociva Ideología de Género, que sólo traerá destrucción de los vínculos esenciales de la sociedad chilena. Confiamos en vuestra prudencia y criterio al momento de legislar para toda la nación y no sólo para unos pocos.
Atentamente,
AGRUPACIÓN DE PADRES CIUDADANOS
1 Paul Hruz, Lawrence Meyer y Paul McHugh (2016): “Sexuality and Gender. Findings from the Biological, Psychological and Social Sciences”. Tecnología y Sociedad The New Atlantis Nº 50 (otoño).
2 Michelle Cretella (2017): “Transgender Ideology Infiltrates Pediatrics & Produces Child Abuse”, The Daily Signal, 3 de julio.
3 Se ha demostrado que la tasa de suicidios de personas operadas por cambio de “sexo”en Suecia, por ejemplo, supera veinte veces la probabilidad en la población “normal”, sin disforia.
4 Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2013): “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”.
5 J. Reisman y E.Eichel (1990), “Kinsey: Sex and Fraude. The Indoctrination of a People”, Lochinvar-Huntington Publications